Nuevos mundos
La llegada a Calcuta de Vasco de Gama en 1498 supuso el acceso a los recursos de la India, al tiempo que se considera el detonante de la Era de los descubrimientos, un período histórico que comienza a principios del siglo XV y acaba en el siglo XVII. Durante esta época los europeos, principalmente portugueses y españoles, recorrieron casi la totalidad del Planeta, cartografiándolo y conquistándolo en buena medida. A destacar la circunvalación de África de Bartolomé Díaz, el descubrimiento de América, la primera vuelta al mundo a cargo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, la colonización europea de América, etc.
Fuente: Universidad de Cantabria
El mundo en la Edad Media era un pequeño universo cerrado, como una constelación de pequeños universos que se ignoraban entre sí. Cada civilización estaba separada de las demás por grandes zonas deshabitadas o poco pobladas. Europa lo ignoraba casi todo de África más allá del Sahara, de China y de la India, y ni siquiera sabía de la existencia de América.
Las caravanas de camellos o caballos y los barcos eran los medios que se utilizaban para comerciar. Detalle del Atlas Catalán de 1375
Sin embargo, el continente americano había sido reconocido en el siglo X por los vikingos que habían recorrido el Atlántico Norte y, tras descubrir Groenlandia, llegaron a unas costas a las que llamaron Vinlandia. Pero estas expediciones no tuvieron continuidad y fueron olvidadas.
Las Cruzadas y los viajes de los grandes mercaderes, como Marco Polo, permitieron contactar primero con el mundo islámico y luego, a través de este, con el Lejano oriente y el África Negra. En realidad, el islam no era desconocido para los diferentes reinos ibéricos que mantenían contacto con los árabes desde el siglo VIII y conocían muchos productos procedentes de Oriente.
En la época medieval, el comercio de Europa con el Lejano Oriente había alcanzado un cierto desarrollo. A través de la Ruta de la Seda se traían de Asia artículos de lujo, como las especias, los perfumes, las sedas, las piedras preciosas y el marfil. Las rutas eran largas e inseguras, pero las conquistas de los cruzados en tierras de Oriente Medio aseguraron el tráfico comercial. Sin embargo, la situación se agravó a partir de 1453 cuando los turcos otomanos conquistaron la ciudad de Constantinopla y cortaron el camino terrestre que unía Europa con Asia. Por ello, los europeos intentaron buscar nuevas rutas que llegaran al Lejano Oriente por mar.
Mapa de la Ruta de la Seda con sus principales ramales. François Pernot, "La Ruta de la Seda", Parragon Books Ltd, 2007
Miniatura de autor desconocido representando la Conquista de Constantinopla por los Cruzados, en 1204. Alexis IV murió a manos de los bizantinos, lo que impulsó a Venecia para recuperar el poder en el Bósforo. Para ello, contaron con el apoyo de los cruzados, que en abril del año 1204 atacaron Constantinopla de nuevo, lo que produjo tres días de masacres y saqueos en la ciudad de Constantinopla, dividiéndose después el botín.
El motivo o causas de dicha expansión siguen siendo discutidos por los estudiosos. Personalmente creo que las emigraciones las realizaron personas obligadas por las circunstancias, tales como cambios climáticos que ocasionaron sequías o lluvias que acabaron con los recursos de los que vivían, ya sean naturales o procedentes de la agricultura o ganadería. Éxodos de este tipo se dieron en varias ocasiones en África, desde hace 2 millones de años, siendo los cambios climáticos lo que empujaron a los hombres primitivos a colonizar Europa y Asia. Los aumentos de población y la falta de recursos para su alimentación también provocaron la escisión de los grupos sociales más desfavorecidos, empujándolos en busca de nuevos territorios y alimentos para sobrevivir.
Detalle de un muelle del Gran Canal de Canaletto
Detalle del Gran Canal de Canaletto. Los ricos mercaderes que financiaban las “exploraciones” conviven con los que tripularían los barcos para no morirse de hambre.
Dudo profundamente que los individuos de las sociedades con riquezas suficientes para subsistir arriesguen sus vidas en busca de supuestas riquezas ubicadas en lugares desconocidos y, menos todavía, que la curiosidad les impulse a descubrir nuevos mundos. Por lo tanto, juzgo que aquellos grupos humanos que emigraron de sus territorios originales lo hicieron porque habían acabado con sus recursos o fueron expulsados por otros grupos humanos más poderosos.
Posiblemente, las exploraciones del siglo XV fueron impulsadas por las recompensas que otorgaban banqueros y comerciantes poderosos ansiosos de aumentar sus riquezas. Ellos enrolaran en los barcos de las expediciones que financiaban a gente necesitada de enriquecerse o mejorar su pobre vida.
Leandro da Ponte Bassano (1557-1622). Barroco. Riva degli Schiavoni, Venecia. Ubicación: Madrid, Museo Real Academia de Bellas Artes
Pienso que los “aventureros” no existen. En los barcos “exploradores” se reclutaban marinos muertos de hambre que buscaban un mundo mejor donde subsistir o lugares donde obtener riquezas fáciles para enriquecerse. La mortandad entre estos marineros era extremadamente alta por falta de vitaminas y alimentos en los barcos. En cambio, la mayoría de los capitanes mantenían sus bodegas personales llenas de alimentos y demostraron un gran egoísmo al no compartirlos con los marineros.
Sánchez Coello, El Arrabal. El Puerto de Indias, que en el siglo XVI albergaba un gran número de embarcaciones a lo largo del río Guadalquivir, a su paso por Sevilla (en la foto la Giralda al fondo, a la izquierda el puente de barcas y a la derecha la Torre del Oro).
Las navegaciones de cabotaje anteriores a la época de los descubrimientos no causaban tantas pérdidas humanas, ya que los barcos navegaban cerca de la costa, pudiendo aprovisionarse fácilmente de agua, así como de verduras, frutas y carne frescas, con lo cual se evitaba el escorbuto. Las navegaciones posteriores del siglo XVIII habían solucionado el problema de la alimentación de los marineros, sobre todo a raíz de los estudios del cirujano naval escocés James Lind y su Tratado sobre el escorbuto, surgido cuando el médico dio crédito a las afirmaciones de los marineros que decían que con el consumo de frutas y verduras se curaban la enfermedad. Sin embargo, a Lind se le prestó poca atención hasta que el capitán James Cook hizo caso de sus estudios. Las navegaciones del siglo XVIII fueron más profesionales y, algunas, llevaban científicos entre la tripulación que se dedicaron a cartografiar los nuevos territorios, catalogar la fauna y la flora y estudiar las costumbres de los nativos.
Lind publicó en en 1753 su obra Tratado sobre la naturaleza, las causas y la curación del escorbuto
Pongo en tela de juicio el carácter “inquieto” de los primeros exploradores y, afirmo que salieron de sus casas impelidos por el hambre y la miseria. Otra cosa es lo que hicieron los monarcas, banqueros y grandes comerciantes, quienes con sus dineros sufragaron las expediciones marítimas en busca de riquezas para aumentar sus fortunas y territorios para explotar sus recursos naturales. Ellos casi nunca embarcaban en sus navíos, pero cuando alguno de ellos se “arriesgaba” a tripular alguno de sus barcos, en realidad, lo hacía adoptando todas las garantías posibles con guardias personales, cocineros y camareros a su servicio, los cuales administraban su bodega particular, donde no faltaban los cítricos, los buenos vinos y alimentos de calidad.
Sir Francis Drake (c. 1543–Portobelo 1596), conocido en España como Francisco Draque, fue un pirata inglés, explorador, comerciante de esclavos, político y vicealmirante de la Marina Real Británica. Dirigió numerosas expediciones navales contra los intereses españoles en la península ibérica y en las Indias, siendo la segunda persona en circunnavegar el mundo (tras Elcano)
También nos ocuparemos sucintamente de la piratería y sus protagonistas, como Francis Drake, que por mucho que ostentase de los títulos de “caballero” o “sir”, realmente esas distinciones fueron otorgadas sólo por un rey o reina, es decir, alguien de la clase dominante, con poder para hacerlo, pero carente de la dignidad moral necesaria para investir a nadie, ni siquiera para distinguirlo de los demás hombres. Lo que hacía el representante supremo de la llamada “nobleza” eran tan sólo otorgarle el reconocimiento como miembro de la misma clase que la de ellos -la dominante, la de los parásitos que viven a costa del trabajo del prójimo-, como suelen ser la mayoría de los hombres que ocupan cargos de los que no son dignos.
Este pirata inglés, el mayor de los 12 hijos de un granjero y predicador protestante, tuvo que enrolarse a los 13 años en un barco mercante, sin duda empujado por el hambre. Fue subiendo en el oficio llegando a ser un perfecto pirata. Sin embargo, para los lectores (o telespectadores, o como se denominen) actuales es casi un perfecto desconocido y en el “ranking” sobre piratas famosos ocupa los últimos lugares, por detrás de personajes de ficción como Jack Sparrow, el protagonista principal de la saga Piratas del Caribe.
Este desconocimiento nos obliga a devolver a la vida a la plebe marina de la piratería, a reconocer sus hazañas para que nadie las olvide y tenga en su memoria a piratas como Barba Negra (de nombre Edward Teach) y su barco "Queen Anne´s Revenge"; a la mujer pirata Anne Bony, hija ilegítima de un importante abogado irlandés, o a Henry Morgan, el único adiestrado en el oficio, puesto que nació en una familia de tradición militar.
Jack Sparrow
Barba Negra, pirata que abordaba los barcos colocando fósforo en las trenzas de su barba que encendía dándole el aspecto de un demonio.
Davy Jones y Will Turner
Monkey D Luffy y Héctor Barbossa
Anne Bony y el Capitán Garfio
Henry Morgan y John Silver
Aunque resulte extraña la introducción, el hecho es que me voy a ocupar de los piratas y los bucaneros de verdad. Tal vez, más adelante lo haga también con los de ficción, como Monkey D Luffy, el protagonista del anime y manga One Piece; Davy Jones, un personaje ficticio de la saga de películas Piratas del Caribe, las leyendas consideran a Davy Jones un monstruo que vive bajo el mar y hacía naufragar las embarcaciones; el capitán Héctor Barbossa, otro de los personajes ficticios de la saga Piratas del Caribe; WillTurner, un personaje ficticio de la saga fílmica Piratas del Caribe que encarna a un joven herrero de ascendencia pirata enamorado de la protagonista de la película; el Capitán Garfio, un personaje ficticio de Peter Pan, creado por J. M. Barrie y, finalmente, John Silver el protagonista de “La Isla del Tesoro”, un pirata y contramaestre en el barco del famoso capitán Flint. También de Sandokán, el protagonista de una serie de novelas de aventuras escritas por el escritor italiano Emilio Salgari.
Pero, por encima de ellos, dedicaré mayor atención a los piratas de carne y hueso, como Aruj Barbarroja y su hermano Jeireddín Barbarroja, un almirante otomano y corsario turco que sirvió bajo las órdenes del Sultán Solimán; su sucesor Dragut el renegado. Narraré las historias de Mary Read, según Defoe era hija de los amores adúlteros de la esposa de un capitán de la marina mercante que se hallaba en alta mar cuando nació la niña. La madre decidió ocultar el nacimiento, pero al morir su hijo, hizo pasar a la niña por el fallecido. En el siglo XVIII la isla de Ibiza fue la base de operaciones de actividades corsarias como las protagonizadas por Pere Bernat, Antoni Pasqual, o los hermanos Sala, etc., etc...
Los piratas eran ladrones en la mar que trataban de obtener los recursos de los que carecía la sociedad “productora” de piratas o de bandidos. Pero a diferencia de los bandidos terrestres, los piratas tenían una virtud que, en cierta forma, promovió el conocimiento del planeta y muchos fenómenos de orden geofísico; nos referimos a su condición de marinos (La Raya).
Pintura de Jean Leon Gerome Ferris (1863–1930), que interpreta la batalla entre Barbanegra y el teniente Robert Maynard. Fuente: Wikipedia.
Motivos económicos
Regresando a los motivos que impulsaron la exploración del mundo, diremos que dicha expansión vino por el ansia de acceder a las riquezas de Asia y de los nuevos mundos. Estas riquezas, sobre todo los metales preciosos, contribuyeron a crear el mercantilismo europeo.
No creo que la “exploración geográfica” sea una actividad de viajar con el propósito de descubrir pueblos, ni culturas, ni costumbres diferentes. Más bien, creo que se trata de expoliar a los otros pueblos, de esquilmarles sus riquezas. Tampoco creo que los europeos “civilizasen” a nadie y, menos que los cristianizaran por convicción o voluntariamente. En realidad los sometieron a su cultura por la fuerza, para explotarlos y esclavizarlos, con la bendición de la religión cristiana.
Misioneros españoles catequizando indígenas
Sin embargo, historiadores como Juan Maluquer de Motes (La Conquisa de la Tierra. Salvat Editores, 1970. Barcelona, p. 9) afirman que el hombre, al finalizar el proceso de hominización, tomó conciencia de su propio entorno y del mundo que le rodeaba, lo cual hizo que se sintiera diferente de los animales, entrándole las ganas de conocer la tierra. Antes de ser hombre se guiaba por sus propios instintos y se limitaba a realizar una mera actividad biológica de subsistencia, sin apenas distinguirse de la naturaleza, en la que se hallaba inmerso como uno más de los elementos que la integran. Al alcanzar la condición humana comienza un intenso proceso de exploración y de dominio que le llevará a la total conquista de la Tierra.
No obstante, al final, su razonamiento regresa a los postulados económicos, abandonando la metafísica del espíritu aventurero: dice que la caza de animales no solo supuso para el hombre el conocimiento de paisajes diversos, sino que la “nueva” actividad (la caza) “queda señalada con un sentido de mejora, de afán de beneficio, de ganancia; es decir, como un sentido económico que ya no habrá de abandonar y que marca la exploración como conquista”.
También señala Maluquer de Motes una relación entre el ritmo de las exploraciones y conquistas con el desarrollo de los medios de transporte y –lo que me parece entender- con la aparición de la sociedad de clases, el enriquecimiento de unos pocos y el empobrecimiento de la mayoría, que se prestará a servir por dinero para realizar estas exploraciones, que al final, redundarán en un mayor provecho de la minoría adinerada, que así irá aumentado su distancia social (mejor, económica), con el resto de los humanos.
Las clases dominantes europeas buscaban nuevas rutas comerciales, metales preciosos, mercancías exóticas y esclavos. Los marineros que se embarcaban en las expediciones buscaban prosperar económicamente y salir de la miseria en la que vivían. En épocas anteriores, desde los orígenes de la humanidad, los grupos humanos abandonaran África en busca de un clima mejor y tierras con nuevos recursos para su subsistencia, llegando al confín del continente asiático e iniciando una exploración y ocupación de las islas del Pacífico de manera que todavía no han aclarado los investigadores.
Iglesia de Trojica, aldea de Hrastovlje (Eslovenia)
Sin lugar a dudas, las personas suele olvidar su destino, sin embargo, durante tiempo, las escenas de la Danza de la Muerte o Danza Macabra, que muestra el baile de los esqueletos que acompañan a las personas hacia la tumba, se encargaban de recordárnoslo. El esqueleto va abriendo las tumbas donde van a reposar los diferentes rangos sociales: el primero es un recién nacido, seguido de un paralítico, un joven, un prestamista –quien intenta persuadir al esqueleto– un rico mercader, un monje, un obispo, un cardenal, una reina, un rey y un Papa.
Iglesia de Trojica, aldea de Hrastovlje (Eslovenia)
La lección es fácil de interpretar: todos, sin excepción, somos iguales ante la muerte, que nos está esperando desde el mismo momento en que nacemos.
Iglesia fortificada de Trojica. Se trata de una pequeña pero preciosa iglesia considerada la más interesante de Eslovenia. Se encuentra en la pequeña aldea de Hrastovlje
Exploraciones antiguas
Las exploraciones de la Edad Antigua y Media se realizaron a pesar de la carencia de medios técnicos y, muchas de ellas, nos resultan desconocidas o han sido olvidadas, como la posible llegada de los vikingos a América desde Islandia y Groenlandia (tierras deVinland) o la de los balleneros vascos a Terranova (en la isla Saddle, frente a Red Bay, se encontraron objetos relacionados con los comienzos de la industria ballenera). De ellas nos ocuparemos en el primer capítulo de nuestro estudio. Fueron famosos el viaje deMarco Polo hacia Oriente o el del chino Zheng He hacia Occidente. Marco Polo durante el s. XIII acompañó a su familia por Asia, relatando su viaje en el “Libro de las maravillas”, llamado también “Il milione”, de la autenticidad de sus noticias la crítica tiene dudas más que razonables.
Casas de césped reconstruidas en Anse aux Meadows, asentamiento vikingo en el norte de Terranova. Fueron construcciones efímeras de los pequeños grupos de los nórdicos de Islandia y Groenlandia ca. 1000 DC
Chalupa ballenera vasca (Pierre-Jacob Guéroult du Pas. 1710). Fuente: Geroztik
Sabino Laucirica, capitán de la Marina Mercante, ha realizado un interesante estudio sobre los balleneros vascos en Terranova (“Placentia, la Plencia canadiense. La odisea de los balleneros vascos en Terranova”, no publicado), y promueve la relación entre laPlasentia canadiense y la localidad vizcaína de Plentzia. Fuente: eitb.com
Estación ballenera vasca de Red Bay (Canadá). Balleneros vascos crearon en el siglo XVI un asentamiento a orillas del Estrecho de Belle Isle, en Canadá. Este lugar se utilizaba para el troceo de ballenas así como para la extracción y almacenamiento de su grasa, que más tarde se convertiría en aceite. Durante unos 70 años fue uno de los lugares más importantes de expedición de aceite de ballena a Europa, donde se utilizaba para el alumbrado
Menos conocido es el viaje que realizó el judío español Benjamín de Tudela en el siglo XII. Benjamín ben Yonah de Tudela también recorrió el mundo transitando rutas peligrosas que llevaban a pelegrinos hacia los Santos Lugares. Nadie tenía la certeza de regresar sano y salvo. Sin embargo, los judíos viajaban con frecuencia: su pueblo estaba esparcido por todo el mundo; en todas las ciudades importantes había judíos, que daban a sus correligionarios una buena acogida, especialmente en épocas de intolerancia y persecución.
Adelantos técnicos
Es posible que los viajes resultaran viables a partir del conocimiento de los aparatos técnicos orientales por parte de los marinos europeos y de la incipiente revolución industrial (transición del feudalismo al capitalismo) que favoreció movimientos culturales como el humanismo del Renacimiento. También puedo aceptar que con la navegación a través del mundo se realizaron grandes descubrimientos científicos, pero sostengo que la finalidad última de todo el movimiento exploratorio fue el expolio del mundo por parte de las élites europeas, resultado de su afán de riqueza, cosa que se hizo evidente a partir del siglo XIX, con el poderío naval de Inglaterra y Francia, financiado por los industriales y comerciantes que saquearon los minerales, materias primas y mano de obra esclava del resto del mundo. Con sus flotas colonizaron el mundo y el capitalismo se hizo imperialista.
La Era de los Descubrimientos fue posible, como venimos hablando, porque hubo una serie de mejoras de las técnicas de navegación, así como los avances en cartografía, navegación y construcción naval. El logro técnico que posibilitó la aventura fue la invención de la carraca y posteriormente de la carabela en la península Ibérica. Estos barcos eran una combinación de modelos tradicionales de navíos árabes y europeos y fueron los primeros capaces de salir del apacible mar Mediterráneo para hacerlo con cierta seguridad en aguas abiertas del océano Atlántico.
Carabela. Este navío necesita cuidado, prácticamente, las veinticuatro horas del día. Una de las primeras labores que debían realizar consistía en el achique de agua que se había acumulado en la embarcación durante la noche. Por la mañana ocupaba gran parte del tiempo el izado de las velas, reparación de los aparejos y de las redes. A mediodía hacían un alto para tomar la única comida caliente que hacían durante el día. Por la tarde, el ambiente era más relajado y se realizaban actividades lúdicas, como cantar, tocar algún instrumento, oír historias y aventuras de los marineros más veteranos, etc. A veces también se organizaban carreras o peleas con los animales de a bordo o competiciones de pesca. Fuente: Historia Universal. La Enciclopedia del Estudiante. El País. Santillana. Madrid, 2005
Los viajes hacia el mítico Oriente solo pudieron imaginarse con estos barcos. Además, en el siglo XV se adoptó la brújula, cuyo conocimiento era muy antiguo en Oriente, que junto con el astrolabio ayudó a fijar con exactitud los rumbos y la latitud. Por otro lado, se incorporaron a las naves el timón móvil y el ancla de brazos separados.
También los avances en cartografía facilitaron la exploración marítima y contribuyeron a difundir la idea de que la Tierra era redonda. En la Edad Media se empleaba como referencia el Almagesto de Ptolomeo, una obra del siglo II que describía a través de mapas, el mudo conocido. En el siglo XV, el cardenal Pierre d’Ailly realizó el Imago Mundi, donde rectificó algunos de los errores de Ptlomeo. Por su parte, Toscanelli corrigió en los mapas la distancia entre Europa y China.
Ib Ben Zara 1497, portulano escuela mallorquina
Representación de la redondez de la tierra en un ejemplar de la Imago Mundi. Reproducción de una edición española en latín (Compañía Testimonio Editorial, 1990. Edición conmemorativa del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, 1492). Fecha de edición del original: Manuscrito en 1410. Impreso en 1483. Autor: Cardenal Pedro D´Ailly.
A finales del siglo XII habían aparecido los mapas portulanos que alcanzaron su mayor desarrollo en el siglo XV. Eran mapas en los que se unían los puertos mediante líneas trazadas en forma de estrella. Estas líneas se trazaban en distintos colores para marcar los diferentes vientos. Puesto que su función era representar la costa, no se dibujaban en ellos los detalles del interior de los continentes, salvo aquellos que pudieran servir de guía para los navegantes, como los ríos, las montañas o el emplazamiento de las ciudades. Algunos portulanos se convirtieron en auténticas obras de arte.
Fuente: Historia Universal. La Enciclopedia del Estudiante. El País. Santillana. Madrid, 2005
La organización social de los reinos de la península ibérica determinaba una empresa así. Las grandes familias tenían la institución del mayorazgo, por la que el primogénito heredaba las posesiones familiares. Los segundones podían dedicarse a la Iglesia o probar fortuna en la guerra contra los moros, en la que podían ganar honores y tierras con su esfuerzo. Al terminar la Reconquista se acabaron las tierras por conquistar, aunque se podía seguir la reconquista por el norte de África, la Mauritania Tingitana de los romanos.
La reconquista en la Península Ibérica. Fuente: Historia Universal. La Enciclopedia del Estudiante. El País. Santillana. Madrid, 2005
Las conquistas de nuevas tierras se realizaban mediante un contrato de capitulación de conquista, un contrato entre un rey y un particular para reclutar un ejército y conquistar un territorio determinado y así ponerlo bajo soberanía de los monarcas españoles. Los gastos de la expedición corrían a cargo del conquistador a cambio del título de gobernador, y una parte de las tierras y el botín, otra parte, alrededor de un 20% se reservaba para la Hacienda Real. Los conquistadores solían ser hidalgos extremeños o castellanos de escasa fortuna.
Entre los innumerables factores que podrían explicar u oscurecer las verdaderas causas de las exploraciones, debemos añadir las explicaciones de los monetaristas, quienes sostienen que el motivo principal que dio inicio a la Era de las Exploraciones fue la grave reducción de la cantidad de metal precioso que existía en Europa. La economía europea dependía de la circulación de moneda de oro y plata pero su escasez había sumido a Europa en la recesión.
Áreas comerciales en Europa. Fuente: Historia Universal. La Enciclopedia del Estudiante. El País. Santillana. Madrid, 2005
Fuente: Historia Universal. La Enciclopedia del Estudiante. El País. Santillana. Madrid, 2005
Otro de los factores que explican esta fiebre exploratoria surgió del contacto prolongado con los estados musulmanes de la península Ibérica. Los cristianos hispánicos comprendieron que era vital para su supervivencia poder sobrepasar la esfera territorial de los estados islámicos y acceder allá de donde provenían sus mercancías. Al mismo tiempo aprendieron mucho de sus vecinos árabes. En la carraca y la carabela introdujeron el uso de la vela latina, empleada por los árabes, mejorando la maniobrabilidad de los barcos. En cambio, con las velas cuadradas se conseguí mayor velocidad. También a través de los árabes se redescubrió la obra de los geógrafos griegos de la antigüedad, dando por primera vez a los europeos una idea aproximada del contorno de África y Asia.
Sin embargo, los “descubrimientos” científicos fueron pocos e insuficientes para explicar las exploraciones. El hambre de unos y el afán de riquezas de otros explica los inmensos riesgos que corrieron los marineros europeos por culpa de la precariedad de los medios utilizados: los navíos de la época resultaban muy débiles ante las tormentas, los pilotos y capitanes no podían determinar con precisión la longitud, los cascos de madera de las naves eran atacados por teredos xilófagos, la alimentación resultaba inadecuada para largas travesías, la higiene y las condiciones de vida a bordo eran malas y en las expediciones por tierra la flora y la fauna constituyeron un peligro tan grande o más que la hostilidad de los habitantes.
James Lind suministrando limones a los enfermos de escorbuto. Imagen de R. Trom
Tan sólo se mantuvieron los viajes por la esperanza de obtener fortuna personal con la venta de materias primas muy valoradas en los mercados. Aquellos hombres realizaron expediciones que ensancharon el mundo conocido por los europeos, pero a menudo, sus acciones tuvieron negativas consecuencias para los pueblos descubiertos y conquistados debido al choque cultural, las guerras y sobre todo las nuevas enfermedades. Actualmente, muchos historiadores y analistas políticos señalan que el origen de la globalización, que suele ser considerada como un fenómeno reciente, hay que situarlo en la época de los grandes descubrimientos transoceánicos del s. XV y de la primera parte del s. XVI.
Finalmente, en el siglo XX, los desafíos de la exploración geográfica fueron las expediciones polares, como las de Robert Peary (1909), Robert Falcon Scott y Road Amudsem (1912); el ascenso a las altas montañas, como el Everest por Edmund Hillary (1953); la exploración marina de Jacques Cousteau y el descenso a la fosa de las Marianas de Jacques Piccard (1960).
El 18 de enero de 1912 Robert Falcon Scott y los suyos alcanzan el Polo Sur después de una larga travesía por la Antártida.
Sin embargo, allí encontraron una bandera noruega, una tienda de campaña y dos cartas, una dirigida al rey Haakon VII de Noruega y otra para el propio Scott:
“Querido Capitán Scott:
Como usted probablemente es el primero en alcanzar esta área después de nosotros, le pediría amablemente expedir esta carta al Rey Haakon VII. Si usted quiere usar cualquiera de los artículos abandonados en la tienda no deje de hacerlo. El trineo dejado fuera puede ser empleado por usted.
Con saludos cordiales, le deseo una vuelta segura.
El 29 de mayo de 1953 llegaron por primera vez a la cima del Monte Everest el escalador Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay. Fuente: Rosa Westermeyer
Jacques-Yves Cousteau diseño el Platillo de Buceo en 1959, un sumergible redondo, altamente maniobrable y capaz de sumergirse a 350 metros con dos personas a bordo. Fuente: Quantm-RD
Don Walsh y Jacques Piccard
Jacques Piccard
El 23 de enero de 1960 el batiscafo Trieste alcanzó la profundidad de 10.916 metros bajo el mar en la Fosa de las Marianas, aproximadamente 200 millas de la Isla de Guam. El Teniente de la Marina estadounidense Don Walsh, acompañado por el inventor Suizo Jacques Piccard, pilotaron la nave estadounidense hacia las profundidades de las Fosas Marianas. Más de ocho horas y media después de que el Trieste y sus dos intrépidos tripulantes descendieran, contemplaron la profundidad nunca antes conseguida por una nave –tripulada o no-.
El relato de las exploraciones y descubrimientos suele pecar de eurocentrismo, pues aunque los europeos llegaron a territorios deshabitados –pocos-, la inmensa mayoría estaban habitados por hombres que, evidentemente, conocían sus territorios y tenían culturas perfectamente adaptadas a su entorno o medio ambiente. El historiador mexicano Edmundo O'Gorman en su libro La invención de América plantea que los europeos no descubrieron América en 1492, sino que la inventaron en los años subsiguientes. El término “descubrimiento” lo utilizan los europeos para referirse al hallazgo de América, continente nuevo para los europeos, pero evidentemente no para sus habitantes, que lo ocupaban desde hacía decenas de miles de años.
Mapa con los principales viajes de la época de las exploraciones
Los historiadores que rechazan el término descubrimiento suelen sustituirlo por los de encuentro o conquista. La palabra encuentro subraya, por un lado, el carácter imprevisto de la llegada de los europeos a América y , por otra parte, el resultado a largo plazo de este proceso: el contacto y fusión entre culturas y sociedades que hasta entonces no tenían una relación directa, es decir, la cultura europea y las culturas americanas. El uso preferente del término conquista (a veces sustituido incluso por la expresión conquista y genocidio) incide en los aspectos más negativos de este proceso histórico: la expansión militar de los europeos en América, el coste demográfico y humano que supuso dicha expansión para los indígenas, y la imposición forzada de una cultura tecnológicamente superior sobre las culturas autóctonas.
David Arnold en The age of discovery (2002) dice que descubrimientos ocurridos gracias a la navegación pueden datarse desde el 800 DC y no sólo por europeos. Antes de estos los siberianos descubrieron América y la poblaron hacia el 35.000 AC y antes incluso los asiáticos descubrieron Australia hacia el 50.000 AC. Posteriormente los chinos, los árabes, los polinesios o los vikingos realizaron grandes viajes exploratorios, el problema de todos estos descubrimientos, prosigue Arnold, es que no quedó constancia de los mismos y sólo supusieron una importancia local o se perdieron en el olvido.
Otra controversia es la duración de dicha Era de los descubrimientos. Por ejemplo, vemos como tres especialistas (Peter Mancall, Ronald S. Love y David Arnold) son incapaces de ponerse de acuerdo en algo tan fácil acotar como el comienzo y final de la Era.
Más críticos si cabe se muestran los aborígenes americanos (por ejemplo, Katari.org) y también australianos. Para las poblaciones humanas existentes antes de la llegada europea el término descubrimiento es un error o una falsedad, como también lo sería el "descubrimiento" de las Fuentes del Nilo y hecho similares. La visión de los indios americanos sobre los descubridores resulta muy escasa (Diego Francisco San Antón Chimalpain, Guamán Poma de Ayala, Inca Garcilaso de la Vega). Según Miguel León-Portilla, estos escritos no aportan mucha información nueva a lo ya conocido, su valor radica en ser un punto de vista diferente: el de los vencidos (León-Portilla, Miguel (2006), «Cristóbal Colón. La visión de los indios». La aventura de la Historia 97. p. 72 y siguientes).
Exploradores
La Exploración de Siberia
19. Los rusos